Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes con disfraces elaborados de Halloween, llegaron al distrito la noche del sábado para la primera fiesta de Halloween desde el levantamiento de la mayoría de las restricciones por el covid-19
AFP Seúl, Corea del Sur
Personas disfrazadas para fiestas de Halloween que huían en pánico, intentos desesperados por brindar primeros auxilios en las aceras, cuerpos tendidos bajo mortajas improvisadas: una celebración en el distrito Itaewon de Seúl se transformó en tragedia.
Casi 150 personas murieron en una estampida cuya causa no ha sido explicada, en este distrito popular y cosmopolita de la capital surcoreana, cerca de una antigua base militar estadounidenses y conocido por sus bares y discotecas.
Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes con disfraces elaborados de Halloween, llegaron al distrito la noche del sábado para la primera fiesta de Halloween desde el levantamiento de la mayoría de las restricciones por el covid-19.
“Mi amigo dijo: algo terrible está pasando afuera”, contó Jeon Ga-eul, de 30 años, quien tomaba una bebida en un bar cuando comenzó la estampida.
“Yo dije: ¿de qué hablas? Y entonces salí a ver y había gente dando primeros auxilios en la calle.
El distrito, inmortalizado en el popular drama Itaewon Class de 2020, es un laberinto de callejones retorcidos y empinados a ambos lados de la calle principal.
La multitud era excepcionalmente densa la noche del sábado, dijeron testigos a la AFP. Jeon comentó que incluso antes del desastre se sintió inseguro.
“Había tanta gente empujándose, yo quedé atrapado en la primera multitud y al principio no podía salir”, recordó.
“Se sentía que iba a ocurrir un accidente”.
– Transeúntes ayudan –
La estampida ocurrió en un callejón estrecho cerca del Hotel Hamilton de Itaewon.
Ante el enorme número de víctimas, los socorristas pedían a los transeúntes ayudar a brindar primeros auxilios a las víctimas en la calle.
Los cuerpos de la gente que murió aplastada o pisoteada estaban tendidos en fila, cubiertos con mantas o mortajas improvisadas.
Centenares de ambulancias se alinearon frente al Hospital de la Universidad Soon Chun Hyang, a donde fueron llevadas numerosas víctimas.
En el sitio, acordonado por la policía, la música continuó tocando desde algunos de los bares.
Transeúntes se sentaban en la acera revisando sus teléfonos móviles. Algunos se daban abrazos de consolación mientras otros, al parecer sin saber la magnitud de la tragedia ocurrida a su lado, continuaban celebrando.
Los investigadores policiales registraron el callejón cubierto de escombros.
“Siempre hay aglomeración pero nada así había ocurrido antes”, comentó a la AFP Ju Young Possamai, de 24 años, un camarero en Itaewon.
“He ido a muchas fiestas de Halloween en Corea”, aseguró. “Nunca pensé que algo como esto podía ocurrir en Corea, especialmente en Itaewon”.