EFE – Puerto Príncipe 23/07/2021
El presidente de Haití, Jovenel Moïse, asesinado el 7 de julio por un grupo armado en su residencia privada de Puerto Príncipe, fue sepultado este viernes en su ciudad natal, Cabo Haitiano, en el norte del empobrecido país.
El sepelio tuvo lugar después de una misa y una ceremonia en los jardines de la Habitation Village SOS, residencia privada de la familia Moïse a las afueras de Cabo Haitiano, a la que asistieron la primera dama, Martine Moïse, quien resultó herida en el ataque; los hijos de la pareja, el primer ministro, Ariel Henry, funcionarios, allegados y simpatizantes de Moïse.
Los restos del gobernante fueron enterrados en el panteón familiar.El presidente fue asesinado a tiros en su residencia en Puerto Príncipe en la madrugada del 7 de julio, en un ataque de un comando armado integrado por exmilitares colombianos que accedió a la vivienda presidencial sin hallar resistencia por parte de los guardias, que deberían haber protegido la vida del presidente.
Al intervenir en la ceremonia civil, su viuda, Martine, pidió justicia para el asesinado presidente, quien, aseguró, “fue abandonado y traicionado”.
“Fuiste brutalmente asesinado. Se ha conspirado contra ti. Te odiaban, te lanzaron veneno”, dijo Martine visiblemente afectada.
Afirmó que ‘las aves de rapiña’ que mataron a su marido el pasado 7 de julio “siguen corriendo por las calles. Ni siquiera se esconden. Están ahí observándonos y escuchándonos”.
Moïse recibió doce impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida el miércoles, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense.
Por el momento, 26 personas han sido arrestadas, incluyendo 18 colombianos, en su mayoría militares retirados, así como dos policías haitianos y seis civiles, algunos de ellos con doble nacionalidad estadounidense.
Entre los detenidos está Christian Emmanuel Sanon, un médico haitiano residente en Estados Unidos y quien, según las autoridades haitianas, es el cerebro de la operación que acabó con la vida de Moïse.
Otros tres colombianos murieron en tiroteos con la Policía haitiana que tuvieron lugar en los dos días posteriores al crimen.
Al menos 10 sospechosos están prófugos, entre ellos cinco colombianos y otros cinco haitianos, estos últimos acusados de participar en la planificación.